Si bien hemos realizado estudios que miran con mucho auspicio la generación de energía por medios limpios, como los eólicos, otros propulsados por las mareas y otros donde existe una gran inversión fundamentalmente en el norte del País, con la energía solar, todas ellas son muy invasivas en contraposición a lo que sucede con las plantas de energía atómica.
Sé que muchos recordaran al leer esta nota, lo peligroso que puede ser una planta de Energía nuclear en medio de nosotros, respaldándose en los ejemplos de Chernóbil en abril de 1986 o el accidente de Fukushima en marzo del 2011, pero siendo objetivos debemos reconocer que ambos, más el primero que el segundo, se debieron a errores humanos, más que a las reacciones atómicas que generaron las consecuencias posteriores.
Si hacemos una historia resumida de ambos eventos, diremos que el accidente de Chernóbil se debió a la imprudencia del ingeniero nuclear a cargo de una prueba, que, saltando todos los protocolos de seguridad, llevó a un reactor nuclear (de las características de un RBMK, cuya tecnología aplicada era más económica, que otros reactores de occidente), a un punto de no retorno, cuando intento reiniciar la generación de energía, minutos después de haber llevado su producción a casi cero. En síntesis, el reactor fue llevado conscientemente al desastre. Las consecuencias, se debieron a la precaria instalación con la cual contaba la planta, lo que desató una o si no la peor tragedia atómica de la historia.
El caso de Fukushima fue distinto, quizás pudo haber alcanzado los niveles de perjuicio ocasionados equivalentes a lo sucedido en el norte de Ucrania en 1986, el desastre fue contenido por el alto nivel de tecnología con que el reactor había sido construido, la falla se derivó, debido a que nadie creyó que un Tsunami, seria capaz de pasar sobre una barrera de concreto de más de 22 metros de altura, lo que ocurrió posterior al peor terremoto que la historia de Japón conoce a la fecha.
Hoy en el mundo existen 442 reactores nucleares en producción, Argentina cuenta con tres, el primero, Atucha I, construido en 1974; el segundo la central de Embalse que comenzó a operar en 1984 y el tercero la central de Atucha II, la cual comenzó a funcionar en el sistema nacional a partir del año 2014.
Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, -datos a abril de 2019- hay 53 unidades en construcción en 20 países entre los que se encuentran China, India, Rusia, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Finlandia y Francia.
La misma organización mantiene una estadística de los países autorizados y regulados para la generación de este tipo de energía, cuya última actualización es la siguiente:
PAIS | NUMERO DE REACTORES | MEGAVATIOS DE PRODUCCION |
1. Estados Unidos | 98 | 99.333 |
2. Francia | 58 | 63.130 |
3. Japón | 42 | 39.752 |
4. Rusia | 37 | 28.864 |
5. Alemania | 7 | 9.515 |
6. R. Corea | 24 | 22.494 |
7. Ucrania | 15 | 13.107 |
8. Canadá | 19 | 13.554 |
9. China | 46 | 42.800 |
10. Reino Unido | 15 | 8.918 |
11. Suecia | 8 | 8.612 |
12. España | 7 | 7.121 |
13. Bélgica | 7 | 5.918 |
14. India | 22 | 6.255 |
15. R. Checa | 6 | 3.930 |
16. Suiza | 5 | 3.333 |
17. Finlandia | 4 | 2.769 |
18. Bulgaria | 2 | 1.926 |
19. Hungría | 4 | 1.889 |
20. Brasil | 2 | 1.884 |
21. Sudáfrica | 2 | 1.860 |
22. Eslovaquia | 4 | 1.814 |
23. México | 2 | 1.552 |
24. Rumanía | 2 | 1.300 |
25. Argentina | 3 | 1.633 |
26. Irán | 1 | 915 |
27. Pakistán | 5 | 1.318 |
28. Eslovenia | 1 | 688 |
29. Países Bajos | 1 | 482 |
30. Armenia | 1 | 375 |
Seguramente los organismos medioambientales, concurrían a asambleas orientadas a influir en la decisión acerca de la no proliferación de este tipo de energía, pero me pregunto, cual es el miedo de mantener plantas de tecnología y seguridad de altos estándares, cuando ya hace muchas décadas hemos dormido con reacciones nucleares en plantas ubicadas a no más de 500 kilómetros de nosotros (404 kms entre Santiago y Córdoba).
Habría que preguntarse, porque no han avanzado los estudios de la energía atómica en Chile, que detiene la creación de estas plantas o que estudios impiden que vayamos en contra de lo que hace Europa, Norteamérica y Asia.
La Energía atómica, es tal como la definió, Valeri Alekséyevich Legásov (científico soviético en el campo de la química inorgánica, miembro de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética), en su explicación sobre el accidente de Chernobyl: “Un reactor nuclear en una flama invisible, que solo depende de dos factores, uno es la reacción atómica y el otro algo que la regule, luego todo depende de quien cuida ese balance”.
Es necesario, ante las actuales condiciones climáticas, sobre todo en un país cuya matriz energética casi en un 80% depende de soluciones hídricas, comenzar a develar en que van los estudios que permitirían la instalación de soluciones como las comentadas, toda vez que entendemos que hay que prepararse para tiempos muy difíciles, donde el costo energético comenzara a subir y el fantasma del racionamiento aparece en el horizonte a causa de la escasez de su principal materia prima.
Hay que perder el miedo a que la naturaleza haga el trabajo que nos ofrece, la intervención humana, es una vez más, la que debemos saber controlar.