El riesgo de una eventual crisis climática en el país, en el año 2025, planteó el académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la UTalca, Patricio González. El experto precisó que “aún estamos a tiempo de tomar medidas políticas para minimizar el impacto, pero lamentablemente el Estado ha sido un poco lento”.
El docente sostuvo que en estos últimos 14 años de megasequía en el país–producto del cambio climático- se ha ido generando un déficit continuo de precipitaciones y nieve, por lo que es imprescindible tomar acciones concretas.
“Cada año se ha ido sumando. Nunca Chile había tenido 14 años de megasequía, por lo cual hay que buscar las causas y son obviamente el cambio climático y el alza de la temperatura de la tierra, que no da aviso de disminuir, sino todo lo contrario ya que ha ido aumentando progresivamente. Dada esas condiciones que han generado -en gran parte- esta megasequía, y como no van a variar, obviamente nosotros no tenemos posibilidades de que este déficit de lluvias termine”, afirmó.
González sostuvo que existe un bloqueo de las altas presiones en la zona central del país, factor responsable de la reducción de la lluvia, situación que se mantendrá hacia el 2025. “Ya tenemos un déficit de nieve y obviamente, un déficit de agua para el riego, no así para el agua potable, que está todavía en niveles óptimos dado que se trata -en su gran mayoría- de aguas subterráneas, o se han hecho inversiones en el caso de Santiago y Valparaíso. Pero en 4 años más la zona central de Chile no podría soportar una caída pluviométrica de ese nivel”, resaltó.
“De emergencia climática, como en la que estamos en la actualidad, vamos a pasar a una crisis. Habrá una gran demanda de agua porque la población y la economía crecerán. Se puede hablar de crisis porque el Estado debería racionalizar y priorizar el agua e intervenir las cuencas, generándose un problema importante”. Agregó.
El experto indicó que el principal problema en la zona central es el déficit de lluvias, sin embargo las olas de calor –sobre los 38 grados- también tienen un impacto importante al generar un estrés térmico e hídrico en los cultivos, debido a la evaporación de agua.