Con la realización del módulo destinado a analizar el manejo de la plaga en frutales de zonas urbanas o ambientes no agrícolas, culminó la realización del “Curso Nacional de Drosophila suzukii para extensionistas del Ministerio de Agricultura de Chile”, organizado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). La jornada final contó con la participación del Subsecretario de Agricultura, José Ignacio Pinochet, y de la Subdirectora Nacional de I+D+i de INIA, Marta Alfaro, quienes relevaron la importancia de avanzar en el control de la plaga que afecta la subsistencia de la agricultura familiar campesina.
La actividad convocó a 400 profesionales de los servicios del agro, principalmente extensionistas vinculados a los grupos Prodesal, PDTI y SAT de INDAP, para capacitarse en el manejo de la plaga a los que se capacitó para contrarrestar el avance de la mosca de alas manchadas o Drosophila suzukii, que desde su aparición en Chile en 2017, ya se ha extendido entre las regiones de Atacama y Aysén.
Durante la jornada final, el Subsecretario de Agricultura, José Ignacio Pinochet, indicó que el alto grado de participación de extensionistas generará un apoyo significativo en pequeños productores y productoras. “Han participado casi 400 personas, con un alto porcentaje de extensionistas de SAT y Prodesal. Cada uno de ellos atiende a unas 40 personas en promedio, por lo que unas 16 mil personas, en total, podrían verse beneficiadas por los conocimientos entregados”.
El Subsecretario sostuvo que desde 2020 el control de la Drosophila suzukii pasó a ser una gran prioridad en el Ministerio de Agricultura, para ayudar a la agricultura familiar campesina de la zona central del país. En especial mencionó a la región del Maule, la que “hace unas décadas tenía una agricultura muy pobre y con muy pocas alternativas, a penas de subsistencia”, mientras que “hoy se han incorporado, sobre todo en la precordillera, varias alternativas frutales, como arándanos y frambuesas, al igual que en las regiones de O’Higgins y Ñuble”.
La autoridad señaló que el nuevo escenario productivo, al que también se suman pequeños huertos de cerezas, representa una agricultura más digna que ha permitido incrementar los ingresos de las familias. Sin embargo, advirtió que esta situación se ve amenazada por la plaga de la Drosophila suzukii. “Si no logramos controlar esta plaga, esa pequeña agricultura que ha evolucionado favorablemente, podría tener un retroceso muy difícil de enmendar”, razón por la cual resaltó la importancia del curso.
En tanto, la Subdirectora Nacional de I+D+i de INIA, Marta Alfaro, destacó que la reciente temporada en el sector berries fue muy crítica, y que la presencia y avance de la plaga empezó a generar preocupación no solo a productores, sino también a quienes tienen huertos en sus casas. Agregó que existen zonas en las regiones de Ñuble y del Maule, donde Drosophila suzukii alcanzó poblaciones alarmantes tanto en frambuesa como en cerezo. “Estamos todos muy preocupados por lo que se viene en la temporada 2021-2022. La única manera de avanzar en el largo plazo, es con la generación de prácticas que permitan realizar un manejo integrado de la plaga, camino que es largo y que requiere de la colaboración de todos”.
Marta Alfaro señaló que para enfrentar a la mosca de alas manchadas, INIA ha establecido trabajos colaborativos con entidades internacionales, destacando la firma de un convenio con el IRTA de Cataluña y conversaciones con la Universidad de Wageningen en Países Bajos, “(lo que) significa que el manejo de Drosophila suzukii va a tener un desarrollo muy importante en los próximos años”, concluyó.
Módulo final
El último módulo del curso se enfocó en la presencia de la plaga en zonas urbanas o ambientes no agrícolas. En esta temática, los entomólogos de INIA y organizadores del curso, Patricia Navarro y Luis Devotto, señalaron que es muy común la presencia de árboles frutales en los patios de casas y también en las calles de algunas ciudades, donde Drosophila suzukii se multiplica sin restricciones. En este aspecto, recalcaron la necesidad de coordinarse a nivel territorial, idealmente, para disminuir la presencia de la plaga.
La especialista de INIA Carillanca, Patricia Navarro, subrayó que cualquier planta con frutas del tipo carozos o berries, sin importar su tamaño ni cantidad, puede resultar atractiva para que las moscas depositen sus huevos, por lo que resulta indispensable que éstas estén en lugares sin sombras. “El sol no les gusta y buscan los frutos más cubiertos y sombríos”.
En tanto el investigador de INIA Quilamapu, Luis Devotto, alertó el gran potencial de la plaga, toda vez que cada hembra pone alrededor de 300 huevos, de los cuales la mitad serán nuevas hembras, lo que posibilita un incremento considerable de las poblaciones de larvas, con el consiguiente daño a la fruta. En cuanto a su control, mencionó experiencias exitosas en Brasil y Uruguay para manejar otras plagas en frutales, siempre y cuando se implementen “programas de manejo regional de plagas”, donde la clave es la interacción permanente de equipos técnicos, coordinadores de campo, monitoreadores y agricultores. “Aunque se trata de programas de largo aliento, pueden ser modelos a seguir en el manejo de Drosophila suzukii en Chile”, concluyó.
Sobre el curso
El “Curso Nacional de Drosophila suzukii para extensionistas del Ministerio de Agricultura de Chile”, estuvo centrado en la transmisión de herramientas destinadas a adoptar un manejo integrado y eficiente de la plaga, para lo cual se trataron temáticas como la biología del insecto y también elementos tendientes a su control, como la importancia de cosechar las frutas a diario, el manejo de los contornos de los huertos, el control de malezas, tipos de riego adecuados, uso de barreras físicas, monitoreo, trampeo masivo, entre otros.