Diecinueve adultos mayores, hombres y mujeres, viven en la Hogar de Ancianos Padre José Cappel, ubicado en la comuna de Curepto, en la provincia de Talca. Pertenece a la fundación del mismo nombre y es un Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) que no recibe subvención y subsiste principalmente gracias a los aportes de los vecinos y fondos concursables. En la residencia hay personas que tienen dependencia severa, moderada, leve y, la minoría, son autovalentes.
Afortunadamente, el COVID-19 no ha entrado ahí.
Para el terremoto del 2010 la residencia se vino abajo. Una empresa minera los apoyó y les construyó una nueva casa prefabricada de material ligero. Sin embargo, el paso de los años y las inclemencias del tiempo maulino, deterioraron el material del techo. El año pasado, en el inicio de la pandemia, la residencia de los adultos mayores comenzó a tener goteras, especialmente en las áreas comunes. “La infraestructura estaba pensada para otro clima, no para el del centro sur.
Desde que están participando a través de Acción Solidaria, del Hogar de Cristo, le aportamos con pañales desde el PADAM y en el acompañamiento en la postulación a proyectos para apoyar sus procesos, de manera que puedan obtener recursos que permitan su sustentabilidad”, dice Rodrigo Lazo, trabajador social y encargado del Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor (PADAM) del Hogar de Cristo en la comuna.
Curepto, según el Censo del 2017, tiene 9.448 habitantes, 51,4% son hombres, y con una demografía con prevalencia hacia el adulto y el adulto mayor; de hecho, su población ha decrecido en un -1,3% entre los años 2005-2020. En cuanto al ingreso, la media es de 276 mil pesos por hogar.
El 2020 postularon al fondo Presidente de la República, obteniendo cinco millones de pesos para reparar el techo de la cocina, trabajo que ya está hecho. Pero necesitaban reconstruir otros espacios, así es que buscando llegaron a Fundación Careno, entidad fundada por María Noseda Zambra viuda de Angelini, en el año 2012. Con esperanza y un poco de escepticismo, pidieron 20 millones de pesos. “En el pedir no hay engaño”, se dijeron. Y, como un milagro caído del cielo, hace unas semanas les comunicaron que la entidad había aprobado el financiamiento. “Es una muy buena noticia, porque la fundación es local y para poder cambiar ese techo, era impensable obtener tanto dinero”, relata Rodrigo con felicidad, agregando que aún están en trámites administrativos para que les puedan traspasar el dinero y comenzar las labores de reparación.
Esta residencia tiene cerca de 30 años de historia y fue fundada por el sacerdote estadounidense Joseph Cappel o José Cappel, como se le conoció por estos lares. Llegó a Chile en 1942, a Chillán, como misionero de la Congregación Misionera de Maryknoll, luego estuvo en Temuco y finalmente se asentó en Curepto, en 1949. Falleció en 2004, a los 95 años y con 68 años de sacerdocio. Fue tanto su aporte benéfico a la vida cureptana, que en noviembre del 2018, fue postulado para su canonización, pero están a la espera de un milagro para poder beatificarlo. “Un verdadero santo que vivió con nosotros desde chicos”, posteó una feligresa hace unas semanas en una página de Facebook dedicada a él y a su proceso canónico. Mientras, desde hace unos años está instalado en la plaza de Curepto un monumento en su honor: “El Sacerdote de la Bicicleta”, se llama la obra que recuerda el medio de transporte habitual del padre José.
Acción Solidaria es una iniciativa del Hogar de Cristo que promueve, conecta y fortalece a líderes sociales que trabajan por diversas causas. Su llamado es a que la ciudadanía promueva acciones colaborativas para construir un mejor país para todos. Este, el de Curepto, es un ejemplo de asociatividad y trabajo en equipo.