Bajo el escenario de pandemia, las familias y comunidades han debido enfrentarse a la disyuntiva de decidir entre educación presencial o virtual de los niños en edad preescolar. Lo anterior contrapone diversas problemáticas, tales como cumplir los propósitos formativos y objetivos de aprendizajes del nivel en un currículum priorizado, versus las posibilidades reales del aprendizaje infantil en la virtualidad; la satisfacción de necesidades vitales -como la alimentación- de los niños de la población más vulnerable, y la salud y riesgo de contraer COVID y su expresión más grave, en el caso del Síndrome Inflamatorio Multisistémico (PIMS), además de los temores y creencias familiares.
Frente a este contexto, Andrea Figueroa, directora de la Escuela de Educación Parvularia de Universidad de Las Américas, señala que “aún no existe evidencia del impacto de la enseñanza online en la Educación Parvularia, ni del vínculo y pertenencia al grupo que puedan experimentar los niños menores de seis años. Sin embargo, en algunos casos, se ha observado mayor predisposición a descubrir maneras de aprender a través de la pantalla de aquellos niños y niñas cuya experiencia educativa se ha iniciado en pandemia y cierta desconexión en el caso de aquellos para los cuales ya era familiar la experiencia educativa presencial, que implica contacto y vínculo con pares y educadores y, cuya mediación, hoy ocurre al interior de las casas”.
Ante la decisión familiar de retomar las actividades presenciales de los niños y niñas, la profesional de UDLA invita a tener las siguientes consideraciones:
- Establecer un diálogo abierto con los integrantes del núcleo familiar para evaluar la factibilidad de retornar a las actividades bajo estándares que otorguen confianza y seguridad a los integrantes de la familia.
- Una vez tomada la decisión, se debe comprender que esta nueva etapa de reintegro escolar significará un proceso gradual de ambientación del niño y niña, en que se debe considerar que nuevas rutinas configurarán su mundo y relaciones y, por ello, es necesario flexibilizar, dialogar e indagar sobre la experiencia educativa con el niño/niña, los educadores, agentes educativos y otros niños.
- Dar la posibilidad de elegir al niño/niña; es decir, que participe activamente en la decisión de qué actividades quiere retomar.
- Dialogar sobre las emociones con el niño y niña involucrados en el proceso de regreso al centro educativo y monitorear alteraciones en el ánimo, hipersensbilidad u otros elementos, para comprender la traducción que hace de la experiencia en el espacio subjetivo.
- Afianzar el sentido de pertenencia del niño/niña al grupo humano, así como también respetar su nuevo marco de interpretación de la realidad.
- Conversar entre los adultos sobre las aprehensiones, miedos, dudas y temores que este nuevo proceso pueda generar en los más pequeños.
- Permitir explorar nuevas formas de comunicación y expresión entre los niños/niñas, que afiance el sentido de pertenencia a un grupo humano.