El ciclo hormonal de las mujeres, que se hace evidente a partir de la primera regla, comienza su declive en la etapa del climaterio, en que las mujeres generalmente comienzan con sofocos o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando una incómoda sensación de calor extremo. Pero, aunque con irregularidades, el climaterio no finaliza con la llegada de la menopausia.
La menopausia y climaterio están muy relacionados, pero no son lo mismo. La primera se refiere al momento cuando ocurre la última regla, que puede presentarse entre los 45 y los 55 años, siendo más habitual en torno a los 50. En cambio, el climaterio es el período anterior y posterior a la menopausia y es durante el cual se producen los conocidos síntomas de esta etapa como: sofocos o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando una incómoda sensación de calor extremo. También se produce la reducción de los niveles de la hormona estrógeno, responsable de cambios en el ánimo, alteraciones en el sueño e inestabilidad emocional.
El climaterio es parte del ciclo endocrino en el que finaliza la producción de hormonas femeninas y que, del mismo modo que las adolescentes aprenden a regular su ciclo menstrual con la ayuda de anticonceptitvos orales, las mujeres en etapa climatérica pueden hacerlo con el apoyo de una terapia de reemplazo hormonal (TRH), pero con otro fin: permitir a su cuerpo no experimentar, o aminorar, el impacto de la supresión hormonal.
Respecto al beneficio que podría aportar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la Dra. Claudia Parra, ginecóloga y especialista en climaterio, cirugía oncológica y reconstructiva de mama del Instituto Nacional del Cáncer y de Clínica Indisa, explica que “en la mujer menopáusica, la terapia de reemplazo reduce la desmineralización ósea, aumentando la densidad, reduciendo así el riesgo de fractura. Cuando se inicia la terapia en mujeres más jóvenes (50-60 años, o antes), tienen menor riesgo de enfermedad cardiovascular que aquellas que no toman la terapia de reemplazo. Asimismo, se observa en estas mujeres menor posibilidad de desarrollar demencia y una mejora global de la calidad de vida sobre todo en los molestos síntomas asociados al climaterio”.
La terapia hormonal consiste en un grupo de preparaciones con hormonas sexuales que se administran en casos de bajos niveles de estrógenos. Existen dos tipos: la terapia estrogénica sola, y la terapia combinada de estrógeno-progesterona. Es importante hacer la distinción ya que existen diferencias significativas en su indicación y riesgo – beneficio.
“El uso de terapia hormonal, como opción terapéutica en la mujer menopáusica, se debe considerar en el contexto de cada paciente, tomando en cuenta sus molestias o preocupaciones, enfermedades concomitantes y los hallazgos físicos”, agrega la doctora Parra.
Respecto de cuándo es importante iniciar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la doctora Claudia Parra sugiere que “lo ideal es partir con la terapia al inicio de los síntomas, o dentro de los diez primeros años de iniciada la menopausia, es decir, antes de los 60 años”.
Entre los clásicos mitos en torno al consumo de hormonas en el climaterio, está que producen efectos adversos como la generación de cáncer. “La terapia de reemplazo hormonal no tiene como efecto secundario el cáncer, sino al contrario, la utilización de una TRH que solamente consista en estrógenos pareciera tener un efecto protector para el cáncer de mama. Del mismo modo, hago hincapié en que la falta de estrógenos es un factor importante de riesgos, ya que sin estas hormonas circulando por el organismo hay un aumento en la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares después de los 50 años, además de mayores riesgos de osteoporosis, demencia e incluso Alzheimer”, comenta la especialista.
Entre las recomendaciones que la doctora Parra entrega a aquellas mujeres que comienzan su etapa de climaterio, están “la promoción de un estilo de vida saludable y autocuidado, lo que requiere un espectro multidisciplinario en la vida de toda mujer, comenzando con una dieta balanceada y ejercicio; atención a la salud mental y momentos de expansión. Se requiere un nuevo paradigma en la relación médico-paciente, en donde el médico se convierte más en un asesor y la paciente toma responsabilidad de su propia salud“.
Acerca de los efectos psicológicos de la etapa del climaterio, Claudia Parra menciona que “la pérdida de la fertilidad, principalmente en mujeres que han decidido posponer su maternidad por motivos profesionales, llevar a un estado de profundo cuestionamiento. Por otra parte, la sensación de sentir que el tiempo ya ha pasado, que llega la vejez, tiene también sus efectos emocionales. También para algunas mujeres esta etapa significa liberación, porque no hay que preocuparse de embarazos no deseados, consolidación económica, etc”.
Es importante tener presente que para iniciar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la paciente debe acudir a un especialista para que, en base a su historia clínica, examen físico y exámenes complementarios, se evalúe su caso y así decidir la mejor terapia de acuerdo con el perfil de cada mujer.