En el marco del Plan Invierno Nacional del Ministerio de Desarrollo Social y Familias, la autoridad visitó los dos dispositivos albergues habilitados en la ciudad para asegurar la normativa técnica de calidad que exige el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
La noche del miércoles 13 de julio ocurrió un fenómeno climático poco común en muchas regiones del país y en varias comunas del Maule se pudo ver la caída de chubascos de aguanieve que cubrieron el paisaje de un blanco desconocido para la vista maulina. Ese mismo día, conforme a las gestiones del Seremi e instrucciones ministeriales, se realizó la apertura de dos albergues para personas en situación calle y de esa forma resguardar vidas ante la contingencia del clima.
Los dispositivos se encuentran ubicados en pleno centro de la ciudad de Talca, disponen de 40 cupos, contemplan una inversión que supera los 80 millones de pesos y tendrán una duración de al menos 120 días desde su apertura. Por seguridad de los usuarios y profesionales que trabajan en el lugar no se revela la ubicación exacta de estos dispositivos de albergue.
En ese contexto, el Seremi de Desarrollo Social y Familia, Manuel Yáñez Espinoza, luego de visitar los dispositivos ejecutados por la ONG Alta Tierra en la comuna de Talca señaló: “Estos cupos albergue para personas en situación calle de Talca ponen en el centro la dignidad de las personas, pues contemplan funcionamiento 24/7, espacios cerrados y calefaccionados, 3 raciones diarias de alimentación, apoyo social y médico, cumpliendo el estándar de calidad del Ministerio de Desarrollo Social y Familia”.
La Coordinadora del Albergue Alta Tierra, Karina González, describió la norma técnica del lugar “tenemos 20 camarotes para 40 personas, hay 7 baños disponibles, está la cocina, el lavadero, contamos también con 10 lavaderos, 2 TENS, 2 auxiliares de aseo en la semana y 2 el fin de semana”.
Añadió, acerca de la convivencia, que “la idea es que la gente no llegue solamente a dormir, sino que encuentre en el equipo de trabajo, alguien con quien puedan contar”.
Finalmente, uno de los usuarios del albergue, Richard Latorre Díaz, de 56 años, contó su experiencia en el albergue, contando que “la calidad de las personas, el trato bien digno, a mí me impactó. Muy buenas personas con mucha vocación hacia el servicio, hacia la situación en la que nosotros estamos”.